miércoles, 29 de abril de 2009

Chocolate y malas noticas

La noticia ha corrido como la pólvora de lista en lista, de blog en blog... el CCAA, no enviará este mes las asignaciones, parece que esto es debido a la posible pandemia de gripe porcina.

¿¿¿¿?????

Si, preguntas y más preguntas, pero no hay respuestas, nunca las hay. No se dice cómo se va a seguir asignando, si esto se paralizará en algún momento, las razones reales de tanta demora... y no se va a decir nada, eso esta claro.

¿Que sentido tiene que no envien los expedientes? ¿no sería lo lógico impedir la entrada de personas al país? ¿impedir que los padres fuesen a por sus hijos?... no quiero dar ideas, obviamente, pero no encuentro la lógica en esta acción, aunque no se que haga intentando buscar lógica en todo esto.

No entiendo como hay personas que siguen eligiendo China como pais donde adoptar, y lo digo desde la experiencia de una madre cuya hija nació en aquel país. En estas circunstancias jamás hubiese elegido este pais, tener por delante unos tiempos de espera planteados tal y como están creo que no es realista, y creo que es imposible llevar a cabo un proyecto adoptivo en esta circunstancias. Quizás en nuestro caso no nos importaba el origen de nuestro futuro hijo y en aquel momento, a principios del 2004, a pesar de que China no había firmado el Convenio de la Haya, era de los paises más claros en la tramitación, y con una duración de la misma lo suficientemente corta como para que cabiese en nuestra cabeza y en nuestros corazones.

Los padres que esperan se lamentan, piden explicaciones, se enfadan con las autoridades y con aquellos que hace años les dijeron que la espera seria esta o aquella, y que la realidad ha dejado por mentirosos. Pero la realidad es la que es, que desde hace más de tres años los tiempos de espera van aumentando de forma exponencial, sin que la tendencia encuentre obstáculo alguno y creo que con un miedo añadido de que en cualquier momento el pais se cierre definitivamente para la adopción internacional.

Hoy, una amiga que espera desde hace mucho, de aquellos que sus expedientes llegaron a China cuando los tiempos de espera eran muchísimo más cortos, y que todo esto les ha llegado sin avisar, me decía que había comido chocolate para intentar sobrellevar las malas noticias.

Yo también tomaba mucho chocolate cuando esperaba, pero casi siento verguenza cuando pienso lo mal que lo pasamos en aquella cortísima espera.

martes, 21 de abril de 2009

¿Donde está aquel niño?

En las fotos que le hicieron a mi hija mientras estaba en el orfanato, aparece un niño, o creemos que es un niño. Es algo mayor que ella, y en casi todas las fotos sale junto a nuestra pequeña, con una postura un tanto paternalista. Una le da vueltas a la cabeza, pero las respuestas no son fáciles. Será un niño de unos tres años, aunque probablemente me equivoque. Varias veces he colocado su foto en los grupos de padres adoptantes del mismo orfanato, es un grupo a nivel mundial, y pensé que quizás así lo pudiesemos encontrar, y saber que ya tenía una familia, pero no hemos tenido suerte. No sabemos que ha sido de él.

El otro día hablaba con mis padres, me comentaban algo sobre una foto que encontramos de nuestra hija muy pequeña, y la encontramos precisamente en el mismo grupo de padres donde yo pretendo encontrar a ese niño, en la conversación debí comentar algo de él, y aunque mi hija veía sus dibujos favoritos en ese momento, está claro que me escuchó.

Al día siguiente, sin más, me preguntó:

- Mamá, ¿el niño de las fotos está todavía en el orfanato?.
Yo no supe que contestar, y al final le dije
- Pues seguramente habrá encontrado ya una familia.
Mi hija no se quedó convencida...
- Mamá, ¿y si no ha encontrado una familia? ¿está todavía en el orfanato?.
Volví a insitirle, y le dije que las Autoridades de China se preocupaban mucho para que todos los niños tuviesen unos padres. Siguió seria, por supuesto mis palabras no la habian convencido, estaba claro.
- ¿Cuando iremos a China? ¿Veremos el orfanato?, mamá.
- Por supuesto, mi vida, iremos a China, iremos al orfanato, pero seguro que ese niño ya no estará, porque estará con su familia. Todos los niños tienen que estar en una familia.

jueves, 16 de abril de 2009

Mis hijos

LLevo varios días sin mis niños, prefirieron pasar estos dias de vacaciones con los abuelos. Reconozco que a mi me vienen bien algunos días de descanso de vez en cuando, mis maltrechos huesos lo agradecen, y yo también, ¡¿para que vamos a negarlo?!, pero... ¡como los añoro!, me hacen falta sus risas, sus abrazos, sus besos... y hasta los cabreos que me tomo con ellos, también me hacen falta.

No puedo imaginarme la vida sin mis hijos, o mejor dicho, ¡no quiero!. Es complicado ser madre, las obligaciones están por encima de las prioridades personales en todo momento, y a veces no es facil asimirlarlo, pero las recompensas con tan enormes que no soy capaz de explicarlas con palabras.

Soy muy feliz, a pesar de todo, a pesar de mis problemas físicos, mis hijos y su padre (¡casi se me olvida!), son lo mejor que me ha pasado. Y no lo digo por decir, y no es una frase hecha de esas que se dice sin más... lo digo porque lo siento así.

Cada unos de mis hijos llegó a mi de una forma diferente, al mayor lo tuve en mi vientre nueve meses, es clavadito a su padre en un montón de cosas, sus rizos, sus ojos, su "cabecita", también tiene algunas cosas mías, sobretodo esa timidez circunstancial... la pequeña llegó de muy lejos, estuvo en un vientre que no fue el mío, pero tiene el mal genio de la abuela, la misma risa que su hermano del que también ha heredado la inteligencia y las ganas de saberlo todo, las cejas igualitaa a mi y el estusiasmo futbolístico de su padre; sus ojos, su piel, su pelo... se los dieron unas personas a las que nunca podré olvidar. Son mis hijos, y aunque el día a día no es de color de rosa, son perfectos tal y como son, y no me gustaría cambiar de ellos absolutamente nada.

sábado, 11 de abril de 2009

El decálogo de las familias adoptantes

1. Han superado una visión simplista de la adopción ( A rescate @ , A salvación @ , A ofrecer oportunidades @ ...) que impide tomar conciencia de la pérdida y el abandono inicial del adoptando y condiciona una relación paterno-filial de A donación-agradecimiento @ .

2. Aceptan profundamente la realidad inicial del a
doptando y son capaces de transmitirle la información de su origen y acompañar su crecimiento integrando naturalmente esta realidad ( la revelación ). Y a la vez son respetuosos con su intimidad y la del niño, sin caer en un exhibicionismo frívolo.

3. Tienen capacidad (o disposición para desarrollarla) de aceptar las reacciones de un niño ante las pérdidas y su proceso de adaptación no exento de desajustes y conflictos. Son capaces de tolerar la frustración que ello implica, intentar comprenderlo y en caso necesario pedir ayuda.

4. Son capaces de transmitir al niño la aceptación positiva incondicional que merece por ser hijo. Y a la vez son capaces de fijar límites.

5. Son capaces de ayudar al niño a desarrollar una visión positiva de sí mismo, lo cual incluye su origen, sus antecedentes y sus peculiaridades.

6. Pueden identificar sus propias fantasías respecto al hijo que vendrá, especialmente sus deseos y expectativas; y cuestionarlas, y relativizarlas, y anticipar dificultades que ello pueda plantearles.

7. Son capaces de aceptar la diferencia . Pueden relativizar sus propias aspiraciones en cuanto a aspecto del hijo, éxito escolar, relaciones, logros sociales... No muestran expectativas rígidas en cuanto a lo que debe esperar de un niño

8. Son capaces de asumir con cierta naturalidad la búsqueda de los orígenes, la elaboración de una novela familiar , los futuros deseos de contacto (reales o ficticios) sin sentir amenazada su condición de padres o sentirse agredidos.

9. Tienen experiencia y recursos como para llevar a la práctica un estilo educativo respetuoso y razonado, en vez de rígido y punitivo.

10. Han superado tópicos respecto a antecedentes nacionales, culturales, raciales o genéticos que les haga interpretar al hijo desde parámetros deterministas.

La importancia de un gesto

A pesar de declararme atea, agnóstica y todo aquello que sugiera que no creo en nada más que en el día a día de mi vida, estos días de Semana Santa nos dimos una vuelta por la ciudad. En las calles se sucedian las procesiones, el ir y venir de capuchinos, los pasos ornamentados, el olor a incienso... La Semana Santa me parece una celebración un tanto macabra, sinceramente, pero me trae recuerdos de cuando teniamos unos cuantos años menos, no teniamos niños, ni obligaciones, y la lista de nuestros proyectos era muy corta, tan corta como nuestros ingresos. Pero han pasado los años, ahora paseabamos por las calles con nuestros hijos, felices, y riéndonos con las ocurrencias de los crios, que se empeñaron en llamar a los capuchinos, "monstruos", y los pasos, "carrozas", y en decir que el incieso olía a chocolate...

Mi niña estaba cansada, era tarde, y como otras veces, adoptó "su postura", esa que ningun otro miembro de la familia es capaz de hacer, ¡y mira que lo hemos intentado!. Se pone de cuclillas, abre las piernas por completo, y mantiene el equilibrio así durante el tiempo que desea. Ese gesto, esa postura, me recuerda que nació muy lejos, donde la gente tiene una facilidad increible para hacer este tipo de equilibrios, vetados a cualquier occidental por muy deportista que sea. Mi niña no nació aquí. Me quedé mirándola, le sonreí, y me miró como preguntandose a qué se debía aquella cara de tonta que tenía su madre, luego se levantó, me pidió que bajase a su altura, y me endosó un enorme beso, y la mejor de sus sonrisas. Esa sonrisa si es de aquí.

domingo, 5 de abril de 2009

Empatizar y no empatizar

Ayer pasamos parte de la tarde con unos amigos. Ellos esperan "la llamada", la que les diga que ya son padres, que un niño o una niña está destinada a ser su hijo, que todo lo que han pasado y lo que han sufrido durante esta espera, ha merecido la pena. Falta ya muy poco.

Cuando conozco a alguna familia adoptante que está en periodo de espera no puedo evitar emocionarme y empatizar con sus sentimiento, e incluso sentir cierta envidia, pero no siempre los sentimientos que encuentro se parecen a los mios. En algunos casos pienso en el momento que sean padres y siento pavor e incluso miedo cuando ese momento llegue, porque creo que su perspectiva sobre lo que supone la adopción quizás no sea lo suficientemente real, y que todo eso les pueda llevar al desencanto o al fracaso a los padres, o lo que es peor, que no sean capaces de darle a su futuro hijo lo que todo niño adoptado necesita: seguridad, amor, cariño, respecto hacia su pasado, información sobre sus origenes...

Con mis amigos eso no pasará. Cuando los conocí supe que serían unos padres estupendos, no son de los que se creen que lo saben todo, son de los que se han preparado a conciencia, han leido y han escuchado mucho (aspecto que creo que es más importante si cabe), y aun así siguen buscando información, sintiendo miedo e incertidumbre, por cuando o como llegará este o aquel momento, y como ellos podrán afrontarlo. Eso es bueno, es sano, porque saben que no existe la perfección, solo el esfuerzo diario por mejorar como padres. Los veo y ya me los imagino empujando un carrito con un bebé, me los imagino pasando noches en vela, preocupandose por ese niño en todos los aspectos, buscando ayuda...

Me gustaría no ser así, no juzgar a las familias, pero no puedo evitar hacerlo, mi experiencia es la que es, corta, reducida, sesgada, pero el tenerla me hace tener esos sentimientos de forma inevitable. Hay frases, pensamientos, posturas... que no me parecen aceptables. Hay algo que se desgarra dentro de mi cuando un futuro padre adoptante me dice que su hijo ¡siempre! estará mejor aquí en su país de origen, que los niños adoptados son como todos, que los niños pequeños no tienen memoria, que los niños que tienen problemas de salud o son mayores no tienen los mismos derechos que los sanos y "perfectos" de ser adoptados, que siempre es mejor la adopción internacional porque es más "segura" por aquello de que los padres biológicos nunca se conocerán, que siempre habían soñado ser padre de un niño con esta o aquella característica física o de una determinada raza.

Me duele, no lo puede evitar.

Los hijos no se eligen, los hijos se aman, sean como sean.

viernes, 3 de abril de 2009

Empezando

No se muy bien cual es el fin de crear este blog, pero si se que es más una necesidad mía, que un fin en si mismo. No tengo grandes pretensiones, y si las he tenido alguna vez se han esfumado.

Me gustaría escribir sobre adopción, sobre postadopción y sobre todo lo que se me vaya ocurriendo, para poder, de alguna forma, recopilar información que crea interesante, y que piense que puede ayudarme ahora o en un futuro.

Mi primera reflexión debería ser por qué estoy aquí, escribiendo en un blog, no trabajando en una Asociación de Familias Adoptantes, pero por desgracia no ha sido posible, no es tan facil compartir objetivos con otras personas, es duro darse cuenta de que no siempre la gente piensa de la misma forma, y no solo eso, ¡eso sería normal!, sino que ni siquiera las bases mínimas que deberia tener todo proceso de adopción las he podido encontrar en esas personas con las que queria intentar mejorar la situación de las familias adoptantes, con las personas que quería ayudar a cada familia que tuviese un problema o una duda.

Pues así están las cosas, yo no voy a dejar de ayudar a las familias que lo necesiten, no voy a dejar de buscar información para mejorar como madre, para poder ayudar a mi hija en su vida y en su desarrollo, pero lo haré desde la tranquilidad de mi ordenador, y compartiendo con los amigos, solo eso, seguramente así, tendré menos disgustos y me harán menos daño.